El deterioro de la seguridad exige acciones concretas que prevengan y contengan la violencia. De ahí la importancia de la Estabilización, un conjunto de medidas que buscan restaurar la seguridad y sentar las bases para la reconstrucción económica y social. Como paso urgente, la FIP hace un llamado para que el Gobierno ponga en marcha un Plan de Respuesta Rápida. Conozca las recomendaciones.
Análisis del impacto de las diferentes expresiones armadas en diversas regiones del país, así como de aquellas que están en proceso de formación y que se han ido visibilizando con el desmonte paulatino de las FARC. También, recomendaciones para enfrentarlas.
Chocó, Tumaco, Cauca, Buenaventura, el Bajo Cauca antioqueño, el eje Llanos Orientales-Orinoquia y Catatumbo se enfrentan a diversos tipos de violencias tras la salida de las FARC. Estos siete ejemplos muestran que la disputa por el territorio entre otros grupos armados, la persistencia del crimen organizado, el surgimiento de nuevas expresiones armadas, producto de milicias y disidencias, y agresiones a líderes sociales son los nuevos retos para la implementación de los Acuerdos de Paz.
El desplazamiento de las FARC a 19 zonas veredales y 7 puntos transitorios mostrará los primeros efectos concretos de la implementación del Acuerdo de Paz. Sin embargo, los entornos de estas zonas presentan cinco grandes riesgos que las pueden afectar en diferente medida. ¿Cuáles son?
Mientras el conflicto armado se desacelera y disminuyen las disputas entre bandas criminales por la supremacía del clan Úsuga y el debilitamiento de las demás, van saliendo a la luz otras dinámicas que hay que valorar con cuidado de cara al postconflicto. El nororiente de Antioquia es la región más crítica, en especial porque allí querría terciar el ELN. También preocupa la incidencia del narcomenudeo en las ciudades. Análisis FIP
Tras la desmovilización de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) en agosto de 2006, se generó en todo el país una dinámica armada que dio origen a las ‘Autodefensas Gaitanistas de Colombia’, conocidas como ‘Los Urabeños’ o ‘Clan Úsuga’, las cuales dominaron a sangre y fuego esta vasta región antioqueña, rica en oro y coca y estratégica para la guerra. Su presencia y la evidente debilidad estatal llena de pesimismo a sus habitantes por lo que pueda venir si se firma la paz con las guerrillas. Análisis FIP.
Por primera vez, el censo de cultivos de coca en Colombia que realiza la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, UNODC, incluye un monitoreo de minería a cielo abierto, con énfasis en oro. Este tema lo ha venido analizando la FIP, que en el siguiente estudio se centra en la capital del Chocó, donde el auge del oro coincide con el aumento de homicidios desde 2012.
Este informe de la FIP analiza la situación actual de las FARC en el Catatumbo en términos de capacidad militar y presencia territorial, así como el impacto humanitario de sus acciones armadas. También evalúa las medidas que ha adoptado el Estado para combatir a la guerrilla, sus resultados y la percepción que tiene la población sobre las negociaciones de paz y un eventual postconflicto
A nivel nacional, las disminuciones en los homicidios fueron considerables en algunas ciudades y en particular en Medellín y Cali que sumadas equivalen a una tercera parte de las del país. No obstante, aún en estas, las dinámicas criminales persisten: expendidos de droga, cobro de extorsiones, alineamiento de las estructuras urbanas con organizaciones mayores, etc. Análisis FIP
En los últimos 14 años, Caquetá y Putumayo se han convertido en casos emblemáticos de las transformaciones que ha experimentado el conflicto armado colombiano, en donde el Bloque Sur de las FARC ha sido el principal protagonista. Caquetá, al ser bastión político y militar de esa guerrilla, se convirtió en objeto de planes sistemáticos de recuperación territorial por parte de los últimos cuatro gobiernos; mientras que Putumayo se convirtió en una zona de repliegue de las FARC