Análisis / 8 de julio de 2013 / Tiempo de lectura: 6 min.

Conflicto armado en La Guajira y su impacto humanitario

El presente informe tiene como objetivo analizar las dinámicas del conflicto armado en el departamento de La Guajira y su impacto humanitario. Está estructurado en cuatro partes. La primera es un recorrido sobre el desarrollo de la presencia y actuar de los grupos armados en la región, presentado datos estadísticos históricos sobre su evolución y una descripción de su accionar en 2012. En la segunda parte se analiza el impacto en la población civil causado por el conflicto armado en el departamento, presentando datos sobre su desarrollo histórico y la situación humanitaria en 2012. En la tercera parte se aborda el dispositivo de acción que las Fuerzas Militares desarrollan en la zona y algunos de sus resultados. Y finalmente, se presentan unas conclusiones sobre la situación actual del conflicto armado en La Guajira, particularmente sobre lo identificado en 2012.

El presente informe de la Unidad de Análisis 'Siguiendo el conflicto' de la FIP, analiza las dinámicas del conflicto armado en el departamento de La Guajira, su impacto humanitario y aborda brevemente el dispositivo de acción que las Fuerzas Militares están desarrollando en la zona junto con algunos de los resultados operacionales.

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Para el año 2012, los grupos armados ilegales que hicieron presencia en La Guajira son: la guerrilla de las FARC con el frente 59 y en menor medida los frentes 19 y 41; y las bandas criminales conocidas como Los Urabeños (llamados localmente Autodefensas Gaitanistas de Colombia), Los Rastrojos y un grupo armado al que se hace referencia como Los Giraldo, integrado por disidentes de Los Urabeños cercanos al desmovilizado jefe paramilitar Hernán Giraldo Serna.

En lo referente a las dinámicas armadas de la guerrilla, el frente 59 (Resistencia Guajira) cuenta aproximadamente con 120 hombres al mando de alias ‘Leonardo Guerra’, cuyas acciones para el año 2012 fueron principalmente ataques a infraestructura y bienes, constituyendo el 71,4% del total de las acciones, seguidos por emboscadas a la Fuerza Pública. Varios de estos ataques a infraestructura y bienes fueron dirigidos al complejo carbonífero del Cerrejón (tanto a las minas como a la vía férrea), presentándose seis casos concentrados entre julio y septiembre de 2012, cuatro casos más que en 2011.

En cualquier caso, si se ponderan las acciones por capacidad militar requerida, se tiene que aunque estas afectan la economía acional, son acciones que implican el menor esfuerzo militar. Los combates por iniciativa de la Fuerza Pública contra el frente 59 disminuyeron en relación al 2011, y cerca de la mitad se presentaron en Maicao.

En cuanto a las bandas criminales, en 2012 Los Rastrojos contaban con aproximadamente 60 hombres, teniendo un mayor control sobre las cabeceras de los municipios de la Media Guajira; y Los Urabeños reportaban alrededor de 90 hombres, teniendo mayor fuerza en la Alta Guajira. Los municipios con la mayor presencia de estas dos bandas son Maicao, Riohacha, Uribia y Dibulla, pero mientras que en las primeras dos su control es urbano, en las últimas, este se ubica en las áreas rurales. En el caso de Los Giraldo, su presencia estaría concentrada en Dibulla.

Para ese año, las operaciones más recurrentes de las bandas son el microtráfico y diferentes modalidades de extorsión, actividades que han ido en aumento como alternativa de financiación frente a la disminución del tráfico de drogas (y otros productos ilegales) hacia el exterior y el incremento en las operaciones de interdicción de la Fuerza Pública. La violencia desplegada por las bandas criminales se explicaría en gran medida por la disputa de las bandas por el control del territorio y el negocio de tráfico de drogas, y como presión al pago de extorsiones o retaliación por no hacerlo. Este sería el caso, por ejemplo, de los ataques a establecimientos comerciales con granada, bastante comunes en 2012. Así mismo, en 2013 se ha hecho pública la preocupación de diferentes entidades judiciales por posibles vínculos entre las bandas criminales y autoridades políticas locales, relaciones que serían fomentadas por Marcos Figueroa –brazo armado de narcotraficantes locales–.

Uno de los repertorios violentos que más impacto tiene sobre la población civil en La Guajira son los homicidios selectivos. En 2012 habría una coincidencia entre las tasas más altas de homicidios del departamento y presencia de bandas criminales. Estos municipios serían Dibulla, Maicao y Riohacha, que se encuentran por encima de la departamental. Y si bien las tasas de homicidios en 2012 presentan una leve disminución frente a las de 2011 en Maicao y Riohacha, no pasa lo mismo en Uribia en donde se duplica, y en Dibulla donde se triplican –elevando la tasa de homicidios a 101,8 por cada 100.000 habitantes–. Según la Defensoría del Pueblo, este inusitado incremento de homicidios en Dibulla estaría relacionado con las disputas entre Los Urabeños y Los Giraldo por el control territorial y la comercialización de combustible de contrabando.

Un factor importante a mencionar sobre las dinámicas de los grupos armados en La Guajira, es el hecho de que el departamento sea fronterizo: la dificultad de vigilar el amplio límite con Venezuela facilita las actividades ilegales.

En cuanto a las guerrillas, en 2012 todas las acciones, menos una, fueron cometidas en municipios fronterizos (ver mapa). La acción más violenta del año se llevó a cabo en La Majayura, corregimiento de Maicao, a 15 minutos de Venezuela por carretera. Así mismo, las bandas criminales tendrían alianzas con grupos delincuenciales al otro lado de la frontera, particularmente en el estado de Zulia, lo que ha facilitado el tráfico de drogas y demás actividades ilegales.

Los casos de secuestro también están concentrados en los municipios con presencia de bandas criminales, repertorio que estaría relacionado a actividades extorsivas. En 2012, el número de secuestros se habría duplicado frente al promedio de los últimos seis años.

Otro indicador que muestra la delincuencia en La Guajira es que los casos de extorsión aumentaron de 20 en 2011 a 98 en 2012, siendo Riohacha y Maicao los municipios con más casos, pero esto puede ser consecuencia posiblemente de un incremento en el número de denuncias presentadas.

En cuanto al desplazamiento forzado, el número de desplazados (por expulsión) disminuyó casi en un 60% entre 2011 y 2012, reduciéndose en todos los municipios a excepción de Maicao.

Sobre este caso, si bien en el municipio hay presencia tanto de Urabeños como de Rastrojos, grupos a los que en ocasiones anteriores se les responsabiliza del desplazamiento forzado, según fuentes oficiales y revisión de prensa, el incremento sería explicado por los ataques del frente 59 de las FARC a la Fuerza Pública o por combates con este frente.

La Fuerza Pública hace presencia en La Guajira a través de la Primera División del Ejército Nacional, cuyas acciones son llevadas a cabo principalmente por la Décima Brigada Blindada, que cuenta con cinco unidades tácticas ubicadas en Riohacha, Distracción y Uribia. Por su parte, la Policía Nacional se encuentra presente en el departamento con estaciones en los municipios de Riohacha, Maicao, Uribia y Manaure. Adicionalmente, está en la región la Policía Fiscal y Aduanera (POLFA) y el Gaula. Y en el municipio de Uribia, también hay Escuadrones Móviles de Carabineros ubicados en Nazareth.

En la actualidad, La Guajira es uno de los diez departamentos en donde se está desarrollando el plan de guerra “Espada de Honor”, creado a partir de una revisión a la estrategia contra el terrorismo y el crimen organizado. El propósito del plan es golpear y desarticular a las FARC y al ELN, y para lograrlo se han activado una serie de Fuerzas de Tarea Conjunta que funcionan bajo el esfuerzo coordinado de las Fuerzas Militares y la Policía Nacional. Ahora, si bien La Guajira no es uno de los departamentos donde las guerrillas son más fuertes, lo más probable es que la implementación del plan se deba a su ubicación fronteriza y a la relevancia del departamento para la economía del país.

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