FIP Opina / 24 de enero de 2022 / Tiempo de lectura: 6 min.

Arauca entre el terror y la disputa

Los habitantes de Arauca pagan los costos del enfrentamiento entre las disidencias de las FARC y el ELN. Y el Gobierno no logra controlar la situación.

Esta columna se publicó el 23 de enero de 2022 en razonpublica.com Leer columna original
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  • Andrés Cajiao V.
    Andrés Cajiao V. Coordinador Unidad de Monitoreo

La lupa está en Arauca y la frontera con Venezuela

En los primeros días del año se registraron enfrentamientos, homicidios y desplazamientos. Esta situación es consecuencia de la ruptura de un frágil acuerdo entre el ELN y las FARC que había puesto fin al periodo de confrontación entre 2004 y 2010, y que se mantuvo durante el proceso de conformación y fortalecimiento de la disidencia.

Las recientes tensiones entre el ELN y las disidencias de las FARC existen desde antes de 2019. Los continuos reclamos de los araucanos por los abusos, extorsiones y homicidios por parte de las disidencias, ocasionaron que el ELN interviniera para controlar la situación. Desde 2018 —y con mayor énfasis en 2021—, la Defensoría del Pueblo venía advirtiendo sobre la posibilidad una confrontación.

Lo que se veía era que a medida que aumentaba el poder de las disidencias, incrementaban también las discrepancias sobre cómo relacionarse con las comunidades y cómo repartir los recursos derivados del contrabando, el cruce fronterizo, la extorsión y el control de las rutas del narcotráfico.

Así se fue rompiendo el pacto de no agresión entre estas organizaciones y se produjo la escalada de violencia actual, donde el ELN pretende mantener su predominio y las disidencias continuar con su expansión territorial. Así, pasamos de un escenario de frágil coexistencia a una disputa abierta entre el ELN y el Frente 10 Martín Villa.

Según varios analistas y medios de comunicación, la ruptura podría deberse a las viejas tensiones entre las FARC y el ELN, a la disputa por el control de la frontera, el narcotráfico, las rutas y pistas clandestinas en Venezuela, o el interés expansivo de las disidencias.

¿Puede derrotarse al ELN?

El Frente de Guerra Oriental, con su frente más representativo el Domingo Laín, es la organización con más fuerza militar y política dentro del ELN. Después de la desmovilización de las FARC, aprovechó para asentarse en el departamento de Arauca y convertirlo en avanzada de su proceso de expansión y control sobre la parte sur de la frontera con Venezuela.

Este frente se volvió muy influyente en Venezuela, tanto así que convirtió esta zona de retaguardia en un área estratégica con presencia, control territorial y fuente de recursos a través de la extorsión y el control de la minería.

El poder militar y económico del ELN aumentó y se convirtió en un ejército binacional que influye sobre la vida social y política. De hecho, es el grupo militarmente más activo en el departamento y con un poder, aunque limitado, de afectar a la Fuerza Pública, como lo muestra la gráfica:

Fuente: Base de seguimiento de las acciones del conflicto FIP y base de datos de Miembros de la Fuerza Pública asesinados y heridos del Ministerio de Defensa. *La información de muertes y heridos del Ministerio de Defensa tiene un corte a octubre de 2021
Fuente: Base de seguimiento de las acciones del conflicto FIP y base de datos de Miembros de la Fuerza Pública asesinados y heridos del Ministerio de Defensa. *La información de muertes y heridos del Ministerio de Defensa tiene un corte a octubre de 2021

La capacidad del ELN para moverse a ambos lados de la frontera y la existencia de una red de milicianos le han permitido proteger su cadena de mando y evadir o atacar a la Fuerza Pública mediante hostigamientos, emboscadas, francotiradores y atentados contra la infraestructura militar y policial.

Por otro lado, la disidencia del Frente 10 Martín Villa, fue creada en 2017, después de la desmovilización de las FARC. Comenzó como un pequeño grupo de excombatientes y milicianos que operaba en La Victoria, Venezuela. Al poco tiempo se fortaleció y en 2018 tenía injerencia —limitada y con permiso del ELN— sobre varios municipios de Arauca.

En los últimos años el poder militar y económico del Frente 10 aumentó gracias al reclutamiento de la población, principalmente venezolana, y al control de algunos pasos fronterizos, la extorsión, el secuestro y el control del microtráfico. Inclusive ha logrado contener el ataque de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB).

Aunque su iniciativa y capacidad armada es menor que la del ELN, el Martín Villa sigue aumentando su actividad armada e influyendo sobre la vida social a ambos lados de la frontera. Su incidencia depende en gran medida del ejercicio de la violencia, resultado de que gran parte de sus integrantes son nuevos reclutas con poco adoctrinamiento y trabajo político.

Venezuela desempeña un papel importante para ambos grupos dado que las condiciones geográficas y la incapacidad de las Fuerzas Militares de Colombia y Venezuela facilitan el tránsito. Esto les ha permitido evadir las acciones de las Fuerzas Militares y consolidar su control sobre la frontera.

El desafío humanitario

El hecho de que las confrontaciones se desarrollen entre los grupos armados y no contra el Estado tiene importantes implicaciones humanitarias.

El periodo de coexistencia entre ambos grupos y la confrontación con la Fuerza Pública mostraban índices relativamente bajos de desplazamientos, confinamientos, homicidios colectivos y asesinatos de líderes sociales (ver el siguiente gráfico). El uso de la violencia era limitado y con efectos más selectivos.

Fuente: Base de seguimiento de las agresiones a líderes FIP y base de datos de Eventos de Violencia Armada de OCHA y base de datos Homicidios Colectivos del Ministerio de Defensa. *La información de Homicidios Colectivos del Ministerio de Defensa tiene un corte a octubre de 2021.
Fuente: Base de seguimiento de las agresiones a líderes FIP y base de datos de Eventos de Violencia Armada de OCHA y base de datos Homicidios Colectivos del Ministerio de Defensa. *La información de Homicidios Colectivos del Ministerio de Defensa tiene un corte a octubre de 2021.

Pero en un escenario de disputa como el de hoy, la manera de actuar de estos grupos afecta directamente a las comunidades. En lo corrido del 2022 se han presentado varios desplazamientos forzados en ambos lados de la frontera y homicidios relacionados con los enfrentamientos entre estos grupos.

Según los medios de comunicación, entre los muertos hay milicianos y personas señaladas de ser militantes o colaboradores de alguna de las dos partes. Estos hechos muestran la capacidad del ELN de usar la violencia de manera selectiva, así como de desplegar inteligencia y recolectar información.

Sin embargo, en los últimos días la confrontación empieza a mostrar expresiones indiscriminadas de violencia, como el carro bomba puesto por la disidencia en Saravena, bastión del ELN, y el uso de explosivos en zonas urbanas, como sucedió en El Amparo, Venezuela, para atacar a su contraparte e infundir el miedo en la población.

La respuesta del Estado

La grave situación de seguridad llevó al presidente Duque a desplegar dos batallones del Ejército para recuperar el orden público; una respuesta calcada en todas las zonas que muestran coyunturas similares. Sin embargo, como ha pasado en otros territorios, estas acciones no tendrán efectos a mediano y largo plazo.

A corto plazo, esta decisión podría agravar la confrontación sumándole un tercer actor a la disputa y, con esto, la vulnerabilidad de las comunidades. También, podría reducir la violencia en las zonas donde se concentra la Fuerza Pública, como los cascos urbanos, pero esto podría llevar a aumentar las restricciones y presiones de los grupos armados sobre las comunidades. Por ahora parece que el aumento de Fuerza Pública solo hizo que se trasladara la disputa al territorio venezolano.

Los resultados que se esperan de esta decisión son pocos. Los grupos armados no le temen al Estado, como demuestran las fotos publicadas sobre el patrullaje del ELN durante la visita del presidente Duque al departamento. Aunque sean “una puesta en escena” o un “montaje”, muestran que el ELN se siente fuerte.

Palabras clave: ELN / Conflicto armado / Venezuela / Disidencias

 

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