Análisis / 1 de junio de 2022 / Tiempo de lectura: 4 min.

El dilema de los PDET: ¿cómo construir sobre lo construido sin seguir en lo mismo?

Mientras que el Gobierno reporta avances en los PDET, las comunidades dicen que no ven los resultados. Cinco años después de que estos programas se pusieran en marcha, la FIP cree que es posible trabajar sobre lo que ya está hecho y, sobre todo, darle un nuevo impulso a la participación. ¿Cómo hacerlo en el nuevo Gobierno?

Comunidades en Caquetá
Comunidades en Caquetá © ARN
  • Autore/as
  • Paulo Tovar S.
    Paulo Tovar S. Coordinador de participación y diálogo
  • Oriana Alonso V.
    Oriana Alonso V. Investigadora
  • Sebastian Peñuela.
    Sebastian Peñuela. FIP Alumni
  • Carolina Sánchez Q.
    Carolina Sánchez Q. Investigadora junior

Los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET), uno de los asuntos más visibles de la implementación del Acuerdo de Paz, tienen un dilema: por más que el Gobierno reporta avances en términos de planeación, programación y ejecución de recursos, para las comunidades no están dando resultados y se sienten excluidas de su implementación.

Los cinco años de estos programas —que se cumplieron el 28 de mayo— y el escenario de cambio de Gobierno, hacen de este un buen momento para preguntarnos por qué llegamos a esta situación y qué se puede hacer hacia adelante.

En La FIP pensamos que es posible construir sobre lo construido (reconociendo que hay avances), pero que, a su vez, es necesario darle un nuevo impulso participativo al proceso para reconectar a la ciudadanía.

Las cinco claves

1. Traer de vuelta el enfoque territorial. La confianza ciudadana en el potencial transformador de los PDET persiste, así existan prevenciones sobre su implementación. Buena parte de esa confianza se construyó durante la etapa de planeación participativa (mediados de 2017 a principios de 2019), bajo un enfoque que proponía reconocer las particularidades de cada territorio y vincular activamente a la ciudadanía en su transformación. Este enfoque se debe recuperar. El decreto 893 de 2017 señala que los instrumentos de planeación del PDET se deben revisar participativamente cada cinco años, lo cual estaría sucediendo hacia finales del 2023. Retomar el enfoque territorial y el impulso participativo a los PDET es crucial de cara a ese escenario.

2. Se requiere una visión menos instrumental de la participación por parte de las instituciones. La participación no solo debe ser vista como un instrumento para ganar el respaldo ciudadano. Muchas veces la ciudadanía espera encontrar en los escenarios de participación canales para expresar sus inquietudes, inconformismos o diferencias frente a políticas públicas o programas determinados. El ejercicio participativo alrededor de los PDET debe estar más abierto a estos asuntos: no solo se trata de espacios para socializar avances y facilitar su promoción, sino para escuchar a la ciudadanía y buscar alternativas con el fin de ajustar aquello que esté generando descontento. No se trata de abrir espacios para volver a planear el PDET desde cero, sino para dialogar sobre su implementación en cada territorio.

3. Se necesita una mirada más pragmática de la participación por parte de la ciudadanía. Si bien hay una sensación de exclusión en las decisiones sobre el PDET, es cierto que ningún proceso puede garantizar que todas las personas participen en todos los momentos de su desarrollo. Por eso, las comunidades también deben preguntarse de manera más precisa en qué momentos, frente a qué temas y a través de cuáles mecanismos deberían poder vincularse al proceso, diferenciando estas preguntas para los grupos motor (delegados de las comunidades para los PDET), otros procesos participativos territoriales y la ciudadanía en general.

4. La articulación con los procesos participativos locales es posible, pertinente y útil. Vincular instancias formales de participación —como los Consejos de Paz, de Juventud o de Desarrollo Rural— al PDET trae un beneficio en doble vía: por un lado, el trabajo previo de estas instancias le brinda al PDET insumos en temas como política social y de víctimas, desarrollo rural y reconciliación; por otro, el proceso PDET puede impulsar el funcionamiento de las instancias y darles vida alrededor de un interés común para el municipio, como la materialización de las iniciativas y, en general, la construcción de paz.

5. Iterar entre momentos participativos y técnicos. La historia de los PDET muestra la necesidad de ir circulando entre momentos más abiertos a la ciudadanía y otros más cerrados en lo técnico. Esto supone subir la intensidad a los componentes técnicos en algunas etapas del proceso, y en otras, poner el acento en el diálogo y la deliberación entre instituciones y comunidades, incluso entre las mismas comunidades y sus diversas organizaciones. Desde la FIP encontramos que el énfasis técnico ha servido para ir materializando las iniciativas PDET, pero es momento de subir el volumen a la participación, teniendo en mente que el propósito de los PDET no es solo promocionar desarrollo, sino también generar legitimidad y construir paz.

 

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