Análisis / 1 de marzo de 2009 / Tiempo de lectura: 3 min.

El Programa de Paz y Reconciliación de Medellín: la erosión gradual de un poder ilegal

Boletín Siguiendo el Conflicto Nº 54. La administración del Alcalde de Medellín, Alonso Salazar, ha enfrentado en los últimos meses una fuerte turbulencia. Contra él se han dirigido virulentos ataques que pretenden deslegitimar la elección misma que lo llevó a la alcaldía de la ciudad. Su adversario en las elecciones del 2007, Luis Pérez, argumenta que la campaña del actual alcalde fue financiada y apoyada por nadie menos que el extraditado "Don Berna".

Este último, desde su reclusión en una cárcel norteamericana, confirma las acusaciones a través de una carta pública que combina vaguedades con aparentes precisiones: "paquetes de a veinte millones", canalizados "a través de un cuñado del candidato" y "apoyo electoral y proselitista en las comunas dominadas por los desmovilizados". A partir de esa acusación central se intenta lograr una reinterpretación de la historia reciente de la ciudad: los logros de la administración de Sergio Fajardo fueron montajes mediáticos que ocultaron una turbia realidad; los aportes de Alonso Salazar a la consolidación del programa de Paz y Reconciliación no fueron en pro de la desmovilización, sino que fueron el inicio y son el indicio de un complot electoral para consolidar su proyecto político en la ciudad de Medellín y en el país.

Nº 54. Peace and Reconciliation Program in Medellín: The gradual erosion of illegal power

La administración del Alcalde de Medellín, Alonso Salazar, ha enfrentado en los últimos meses una fuerte turbulencia. Contra él se han dirigido virulentos ataques que pretenden deslegitimar la elección misma que lo llevó a la alcaldía de la ciudad. Su adversario en las elecciones del 2007, Luis Pérez, argumenta que la campaña del actual alcalde fue financiada y apoyada por nadie menos que el extraditado “Don Berna”. Este último, desde su reclusión en una cárcel norteamericana, confirma las acusaciones a través de una carta pública que combina vaguedades con aparentes precisiones: “paquetes de a veinte millones”, canalizados “a través de un cuñado del candidato” y “apoyo electoral y proselitista en las comunas dominadas por los desmovilizados”. A partir de esa acusación central se intenta lograr una reinterpretación de la historia reciente de la ciudad: los logros de la administración de Sergio Fajardo fueron montajes mediáticos que ocultaron una turbia realidad; los aportes de Alonso Salazar a la consolidación del programa de Paz y Reconciliación no fueron en pro de la desmovilización, sino que fueron el inicio y son el indicio de un complot electoral para consolidar su proyecto político en la ciudad de Medellín y en el país.

During recent months, the administration of Medellín Mayor Alonso Salazar has been facing turbulent times. Salazar has come under virulent attacks that seek to undermine the legitimacy of the elections that carried him into office as mayor of the city. His opponent in the 2007 elections, Luis Pérez, has alleged that the Salazar’s campaign was financed and supported by none other than extradited criminal “Don Berna.” The latter, from his prison cell in the United States, has confirmed the accusations in a letter that combines vague details with specific facts: “packages for 20 million” channeled “through the candidate’s brother-in-law” and electoral support and proselytizing in communities made up of demobilized combatants. The intention of this accusation is to reexamine the city’s recent past: alleging that the achievements by the administration of Sergio Fajardo were a show put on by the media to hide the ugly truth; that Alonso Salazar’s contributions to strengthening the Peace and Reconciliation program were not made in support of demobilization, but rather that they were the start of his plan to consolidate his political aspirations in the city of Medellin and the country.

 

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