Los Diálogos de Seguridad Ciudadana tienen como objetivo generar un espacio para el debate crítico y la reflexión sobre los principales retos de la seguridad ciudadana en América Latina y Sudáfrica. Asimismo, ofrecen un foro para que responsables políticos de alto nivel, profesionales y académicos puedan discutir estrategias innovadoras de seguridad ciudadana.
El Diálogo celebrado en Bogotá entre el 16 y 17 de abril de 2015, es el más reciente de una serie de cuatro seminarios internacionales realizados en ciudades en desarrollo (Río de Janeiro, Ciudad de México y Ciudad del Cabo) y fue complementado con una sesión especial sobre la agenda de desarrollo post-2015, y en particular el objetivo 16.
En este marco, el Diálogo en Bogotá se llamó: “Controlando el territorio y construyendo seguridad y justicia en el posconflicto” y tuvo el objetivo de abordar las iniciativas para la recuperación del control territorial, la restauración de la legitimidad en los llamados espacios “sin gobierno” y las estrategias concretas para controlar el crimen organizado.
Actualmente, Colombia se encuentra en medio de las negociaciones para dar fin al conflicto armado; ello implica la discusión sobre la relevancia y desafíos de medidas de estabilización luego de la firma del acuerdo entre el Gobierno y las FARC, el papel de la fuerza pública y de la comunidad en el posconflicto, la promoción de la paz y de la seguridad, los retos para garantizar la seguridad y la justicia en zonas remotas del país, entre otros.
Las ciudades seleccionadas para los Diálogos
Río de Janeiro, Ciudad de México, Ciudad del Cabo y Bogotá evidencian la gama de contextos de la violencia armada en el mundo en desarrollo. Por un lado, Colombia enfrenta altos niveles de violencia en los entornos urbanos, diferentes manifestaciones de violencia asociadas a un largo conflicto armado y el desarrollo de actividades ilícitas del crimen organizado. En comparación, Brasil enfrenta niveles de violencia urbana que se asemejan a los de zonas de guerra; México, un país que no está afectado por un conflicto armado interno, pero que es usualmente representado como uno de los países con la más compleja situación de delincuencia organizada; y Sudáfrica, está recuperando sus instituciones de seguridad y justicia tras 20 años de la terminación del conflicto.