El ejercicio matemático realizado por el presidente tiene importantes cuestionamientos y elementos que deben ser tenidos en cuenta para analizar el comportamiento de la violencia letal durante su gobierno.
El 2022 será un año difícil en materia de seguridad para Colombia. La percepción de deterioro coincide con un incremento de la tasa de homicidios que no se veía desde hace varios años.
El retroceso en la reducción de los homicidios en Colombia es evidente. En el primer semestre de 2021, las muertes violentas aumentaron 24% comparadas con el mismo periodo de 2020. Para encontrar un número superior a las 6.864 víctimas que ya llevamos este año, hay que remitirse al 2013. Se suma que las víctimas de masacres se duplicaron, llegando a 81, la cifra más alta en la última década.
En Cali coexisten muy distintas violencias, pero el Estado ha tendido a confundirlas. Por eso urge entender bien la situación y adoptar respuestas diferenciadas. Esta podría ser la hoja de ruta.
Según distintas cifras oficiales analizadas, aumentaron masacres y homicidios en zonas de conflicto a niveles no registrados en esta década.
El ciclo de violencia que estamos viviendo pasa por asuntos de fondo como la desconfianza en el otro y el uso de la fuerza por parte del Estado. Desescalar la violencia y dejar de justificarla son tareas urgentes. ¿Cómo lograrlo?
A cuatro años de la firma del Acuerdo Final con las FARC, es clave analizar los datos sobre la violencia en el país para poder entender no sólo de dónde venimos y dónde estamos, sino para dónde vamos.
Culpar al narcotráfico de los recientes hechos de violencia es la salida fácil a un problema que resulta mucho más complejo. ¿Qué hacer?
La cuarentena obligatoria no ha evitado que los grupos armados continúen operando en territorios de Cauca y Nariño y controlando la salida de las comunidades hasta para adquirir víveres. La FIP participó en el conversatorio "Retos de la paz y la democracia en tiempos de coronavirus", una iniciativa de El Espectador y FESCOL.
La seguridad de las mujeres y miembros de la comunidad LGBTI en el marco del proceso de paz y terminación del conflicto armado sigue siendo un tema preocupante. De acuerdo con estudios de la Fundación Ideas para la Paz, los hechos violentos hacia esta población pone en riesgo el cumplimiento de los acuerdos.