Análisis / 24 de abril de 2015 / Tiempo de lectura: 2 min.

El ABC del Ejército de Liberación Nacional

El Frente de Guerra Oriental, la estructura más activa y numerosa del ELN, es pieza fundamental en el éxito de las negociaciones de paz que el actual Gobierno ha emprendido con las guerrillas, ya que si no se logra incluirla en el acuerdo final, disidentes incluso de las FARC podrían entrar a engrosar sus filas. Informe FIP

Guerrilleros del ELN en 2001.
Guerrilleros del ELN en 2001. © Revista Semana

El frente de guerra Oriental o fuerza de Área ABC es en la actualidad la estructura más activa y numerosa del Ejército de Liberación Nacional debido al amplio control que logró sobre la frontera con Venezuela y a la extorsión por cuenta de la construcción y puesta en funcionamiento del Oleoducto Bicentenario. A pesar de la visión positiva y optimista que esta estructura parece tener de la prolongación de su permanencia en el escenario correspondiente a sectores de los departamentos de Arauca, Boyacá y Casanare, el repunte de su accionar armado a partir de 2011 podría responder al interés se sumarse al propósito general del ELN de presionar para ser incluido en las negociaciones de paz.

Se suma la voluntad de paz expresada recientemente por Gustavo Aníbal Giraldo, alias ‘Pablito’, máximo jefe del Frente de Guerra Oriental, una señal que no es menor ya que en el pasado esta estructura se había opuesto a las negociaciones. Hay que recordar que las dificultades para avanzar en los diálogos con el ELN radican justamente en que se trata de una guerrilla descentralizada y con muchos grupos de poder que no siempre han estado de acuerdo con el Comando Central (Coce).

Hoy cabe preguntarse si el Frente de Guerra Oriental tendría verdaderos incentivos para desmovilizase, si es que las conversaciones con el gobierno de Juan Manuel Santos se concretan en un proceso de paz que ponga fin a la confrontación. El carácter estratégico o funcional del territorio donde hace presencia esta estructura (Arauca, Boyacá y Casanare) y la disponibilidad de recursos a partir de la extorsión y los mercados ilegales, hacen suponer que una buena parte de sus integrantes no se desmovilizarían tras la firma de unos eventuales acuerdos.

En la medida en que el Frente de Guerra Oriental sea una de las piezas fundamentales del éxito de las negociaciones de paz que el actual gobierno ha emprendido con las guerrillas, el estudio de la evolución de su territorialidad, iniciativa armada y relación con la población y las economías ilegales adquiere una especial relevancia.

Desde su creación, esta fuerza militar del ELN (1) ha tenido una alta actividad armada que en los últimos tres años representa alrededor del 40% de la registrada por toda esa guerrilla.

[1] La expresión frente no se debe confundir con el Frente de Guerra que hace referencia a un conjunto de frentes que tienen presencia en una región determinada. Se asumen las definiciones consignadas por dirigentes del ELN en la entrevista realizada por Marta Harnecker en 1988. Un frente guerrillero es “(...) una instancia político-militar y de masas”. Varios frentes guerrilleros y regionales (estructuras urbanas) “conforman un Frente de Guerra, cuyas características están dadas por la actividad socioeconómica de la región. (...) Un Frente de Guerra es el conjunto de estructuras urbanas y rurales que desarrollan la política de la organización en una gran región del país y que por sus características exige un diseño estratégico específico”.

 

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