Luego de que 13 patrulleros y un agente pertenecientes a un Escuadrón Móvil de Carabineros (EMCAR) de la Policía Nacional murieran cuando explotó un campo minado en la carretera que comunica al corregimiento de Atánquez con Valledupar (César) el 1 de agosto de 2005, en hecho atribuido a la guerrilla de las FARC, se evidencian tres problemas básicos del conflicto que se presentan en este boletín: el control territorial en áreas de alto valor estratégico; la relación de la fuerza pública con las comunidades indígenas; y, sobre todo, la distribución de tareas entre los organismos de seguridad. Si no se define con claridad quién es responsable de qué, no habrá seguridad permanente.
Esta entrega analiza el ataque a la población caucana de Caldono por parte del el Frente 6 y la columna móvil Jacobo Arenas de las FARC, el 5 de julio de 2005 y plantea que lo sucedido confirma una vez más dos hechos claves -y relacionados- del conflicto: que la campaña de las FARC en el Macizo Colombiano es de largo aliento (ver Boletín 9); y que en esas condiciones el movimiento de abierta resistencia civil, que surgió precisamente en Caldono, ha llegado a su fin. En ese sentido, la pregunta que conduce el texto sería ¿La guerra en el Cauca copa hoy todos los espacios? Todo depende de cómo se relacione la fuerza pública con la población civil. Lo que a su vez depende en buena parte de cómo se entienda el concepto de soberanía.
El 25 de junio de 2005 en el poblado de Teteyé (Putumayo), fronterizo con Ecuador, las FARC emboscaron a un pelotón del Ejército adscrito al Plan Energético y Vial Número 11 y hostigaron el puesto militar de la zona. Murieron 21 soldados y 8 más quedaron heridos. Las víctimas hacían parte de un destacamento de 50 hombres que estaba a cargo del cuidado de los pozos petroleros Quillaniza y Teteyé, en la frontera con Ecuador. Este boletín revisas los anteriores hechos planteando que este ataque, y otros similares perpetrados recientemente en el departamento del Cauca, se inscriben en la misma lógica: dislocar la fuerza del Ejército; asegurar su movilidad y abastecimiento logístico; y hacer ruido en los medios. Ello demuestra, sugiere el documento, que las FARC se están acomodando a la política de seguridad del gobierno y han sabido utilizar los momentos políticos. ¿La estrategia está llegando a sus límites?
Este texto recoge los hechos presentados el 14 de abril de 2005 en Toribío, Cauca, en el que 150 hombres de la columna Jacobo Arenas y el Frente 6 de las FARC atacaron la zona durante diez horas, y dejaron como saldo la muerte de 3 policías y un niño de 10 años, así como varias viviendas destruidas. El análisis de estos hechos concluye que este ataque es el primer anticipo de la campaña sistemática que las FARC iniciarán para desprestigiar al Presidente Álvaro Uribe de cara a las elecciones. Sin embargo, el texto plantea que ni las FARC ni el Gobierno consiguieron lo que querían: las FARC no lograron desalojar a la Policía de una zona estratégica como es el norte del Macizo Colombiano. Pero el Estado tampoco ha logrado desarrollar un esquema de seguridad adecuado. Por eso el texto concluye que sin un eslabón entre la acción policial y la militar, y sin el apoyo de la población, la recuperación del territorio será pasajera.
En este boletín se analiza, en primera medida, un ataque de las FARC en la carretera que conduce de Tame a Fortul, Arauca, en el que murieron 18 militares. El boletín analiza este hecho y concluye, primero, que Arauca sigue siendo una de las zonas más difíciles en el conflicto armado; y segundo, que sin una política coherente del Estado, es imposible rehabilitar. El análisis también concluye que sin el apoyo de la gente cualquier estrategia navega en el vacío, incluso la estrategia militar.
Uno de los temas de análisis de este boletín es la cumbre en Ciudad Guayana, Venezuela, a la que acudieron los mandatarios de España, Brasil, Colombia, y por supuesto, Venezuela. En la reunión se discutió, en especial, la compra de armas de este último país a España, Rusia y Brasil. Mientras unos alegan el propósito estrictamente defensivo y de renovación normal de armamento, otros prenden las alarmas. Sin embargo, la clave del asunto o la polémica está en la adquisición y futura producción de munición 7.62, utilizada en la mayoría de los casos por miembros de las FARC. Otro de los temas que toca el boletín es la renovación de las conversaciones entre el Gobierno y el ELN. Lo que se resalta de esto es que las partes hablaron directamente; se abrió un abanico de posibles países amigos; y el tema del secuestro se puso sobre la mesa.
En este texto se analiza el intento de toma de Puerto Inírida por parte de la guerrilla de las FARC, lo que aparentemente tiene como fin hacer ruido en el perímetro del Plan Patriota, y de esta forma dislocar la fuerza pública concentrada allí y obtener ventajas tácticas. Por otro lado, se observa la forma como se está votando el proyecto de Justicia y Paz en el congreso, lo que marcaría el futuro de las Autodefensas. El análisis revela que en el trámite de la ley se ha vuelto una cuestión de fondo, debido a las discusiones que amenazan la coherencia final de la Ley, y por la distinción entre ley estatutaria y ordinaria, que se puede convertir en un argumento para alegar vicios de forma.
Este boletín, sobre la última semana de febrero y la primera de marzo de 2005, se centra en analizar, en primera instancia, el asesinato de ocho personas en las veredas La Resbalosa y Mulatos, en Apartadó, Antioquia sin conocer hasta ese momento el autor. El análisis se centra precisamente en esclarecer al autor de los hechos, cuyos sospechosos están las FARC, las AUC y una brigada del Ejército. En el boletín también se analizan diferentes hechos del conflicto que tienen un componente internacional, como la firma de la extradición de alias Sonia, la captura de algunos guerrilleros y los acercamientos entre el gobierno francés y las FARC para lograr la liberación de Íngrid Betancourt.
El texto es un seguimiento a los hechos relacionados con el conflicto armado colombiano durante la tercera semana de febrero de 2005. El análisis se centra en tres hechos puntuales: las declaraciones de Raúl Reyes, uno de los jefes de las FARC, en las que anunció el fin del repliegue, lo que puede significar que esta guerrilla intenta sacarle el mayor provecho a la coyuntura política del momento. El otro hecho tiene que ver con la vigorosa campaña política emprendida por las AUC, lo que, en concepto de la FIP, va en contravía con el ultimátum dado días atrás de romper con el proceso de desmovilización, y pretende más bien evitar trancas jurídicas que les cierren espacios políticos. Por último, se analiza el ruido de guerra de las FARC, lo que puede tentar al ELN a una contraofensiva, sobre todo después de anunciar el retiro de México como facilitador de una negociación con el Gobierno colombiano.
Este boletín recoge los principales hechos cometidos por las FARC en una semana, que van desde retenes, fuga de presos, asesinatos y golpes a la Fuerza Pública, lo que muestra una repentina ofensiva de la guerrilla de las FARC en el sur del país en la primera semana de febrero de 2005. El texto, además de enumerar los hechos, hace un análisis de lo que significan estas actuaciones de la guerrilla, ya que puede considerarse como una contraofensiva de las FARC. El boletín también registra las novedades en el tema de desmovilización de miembros de las AUC, así como el desminado en varias regiones por parte del ELN.