¿Qué sigue una vez el combatiente deja su arma? ¿Es conveniente romper las estructuras armadas a las que perteneció o, por el contrario, hay que mantenerlas unidas mientras se generan entornos favorables? ¿Qué aprendizajes y posibles rutas de acción le dejan a Colombia experiencias internacionales sobre desarme, desmovilización y reintegración? Estas son algunas preguntas que responde el informe de la FIP, “Primeros pasos para la transición: apuntes para la estabilización provisional de las FARC”.
Tomar las precauciones debidas en el manejo de arsenales, en la entrega de las armas y promover su rastreo puede ser determinante para el mantenimiento de la seguridad luego del conflicto. Si se falla en quitarle las armas a los combatientes o en mantenerlas completamente seguras luego de la entrega, la consecución de la paz corre un altísimo riesgo. Análisis de la FIP y el Instituto Igarapé
Por primera vez, el censo de cultivos de coca en Colombia que realiza la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, UNODC, incluye un monitoreo de minería a cielo abierto, con énfasis en oro. Este tema lo ha venido analizando la FIP, que en el siguiente estudio se centra en la capital del Chocó, donde el auge del oro coincide con el aumento de homicidios desde 2012.
Aunque las 109 acciones que cometieron las FARC en los últimos dos meses fueron de medio y bajo esfuerzo militar y ocurrieron en una extensión limitada del territorio nacional, demuestran que la guerrilla aún tiene capacidad para organizar acciones de alto impacto social, económico y ambiental, así sea con escasos recursos humanos y militares.
El Frente de Guerra Oriental, la estructura más activa y numerosa del ELN, es pieza fundamental en el éxito de las negociaciones de paz que el actual Gobierno ha emprendido con las guerrillas, ya que si no se logra incluirla en el acuerdo final, disidentes incluso de las FARC podrían entrar a engrosar sus filas. Informe FIP
El Bloque Oriental tuvo una expansión sin precedentes durante los años noventa, pero una combinación de estrategias desarrolladas por el Estado colombiano dio al traste con sus propósitos. Hoy, está replegado y perdió toda capacidad para presionar sobre Bogotá. Su fuerza se redujo a cerca del 50% comparada con la que exhibió en su mejor momento y sus finanzas, reducidas ostensiblemente, no son suficientes para recomponerlo.
Este informe de la FIP analiza la situación actual de las FARC en el Catatumbo en términos de capacidad militar y presencia territorial, así como el impacto humanitario de sus acciones armadas. También evalúa las medidas que ha adoptado el Estado para combatir a la guerrilla, sus resultados y la percepción que tiene la población sobre las negociaciones de paz y un eventual postconflicto
A nivel nacional, las disminuciones en los homicidios fueron considerables en algunas ciudades y en particular en Medellín y Cali que sumadas equivalen a una tercera parte de las del país. No obstante, aún en estas, las dinámicas criminales persisten: expendidos de droga, cobro de extorsiones, alineamiento de las estructuras urbanas con organizaciones mayores, etc. Análisis FIP
En los últimos 14 años, Caquetá y Putumayo se han convertido en casos emblemáticos de las transformaciones que ha experimentado el conflicto armado colombiano, en donde el Bloque Sur de las FARC ha sido el principal protagonista. Caquetá, al ser bastión político y militar de esa guerrilla, se convirtió en objeto de planes sistemáticos de recuperación territorial por parte de los últimos cuatro gobiernos; mientras que Putumayo se convirtió en una zona de repliegue de las FARC
En Arauca, los homicidios han bajado desde 2011 y se ha dado una disminución en el número de desplazamientos del 65,2% entre 2012 y 2013, así como de accidentes con minas antipersonal. Pero, en contraposición, se ha presentado un incremento en el número de secuestros, que pasaron de 21 en 2011 a 35 en 2013, y en la cantidad de denuncias por extorsión.