Noticias / 5 de mayo de 2014 / Tiempo de lectura: 4 min.

La reconciliación es un proceso de largo plazo que hay que trabajar en los territorios

Conclusiones de los cuatros encuentros regionales realizados por Reconciliación Colombia en Medellín, Cali, Barranquilla y Bucaramanga

  • Autore/as
  • Esteban Parada
    Esteban Parada Coordinador de asuntos temáticos y estratégicos
  • Catalina Martínez Sarmiento
    Catalina Martínez Sarmiento FIP Alumni

En los últimos tres meses, Reconciliación Colombia, la iniciativa de la sociedad civil que le apuesta al diálogo entre diferentes sectores, ha realizado cuatro encuentros regionales con actores del Gran Tolima, Antioquia, el Pacífico, el Centro, el Caribe, la Orinoquía, el Eje Cafetero y el Oriente del país. Estos encuentros, que se llevaron a cabo en Medellín, Cali, Barranquilla y Bucaramanga, además de generar un espacio de transferencia de conocimiento, buscaron que los participantes compartieran experiencias y lecciones aprendidas en materia de reconciliación.

Tras los encuentros, se destacó el hecho de que la reconciliación es un proceso que se viene gestando desde hace más de veinte años en las regiones, donde instituciones locales, organizaciones de la sociedad civil y el sector empresarial están llevando a cabo iniciativas de distinta naturaleza que le apuestan a la reconciliación y la construcción de paz en el país.

La preparación de instituciones locales de cara a un escenario de postconflicto, la formación de desmovilizados por parte de empleados que donan su tiempo voluntariamente y el trabajo de organizaciones de la sociedad civil en temas asociados a la promoción y defensa de los derechos humanos, son algunos ejemplos de cómo estos tres sectores se han involucrado en iniciativas de reconciliación.

Lo anterior también evidencia que la reconciliación es un proceso de largo plazo, que no se alcanza con un proyecto o programa. Por esta razón, en los encuentros se insistió en la importancia de trabajar sobre lo que ya está construido, retomando las buenas prácticas y las lecciones aprendidas. Esto también implica reconocer que se han cometido errores en el marco de estos procesos, de cara a nuevas iniciativas y al mejoramiento de aquellas que ya se están llevando a cabo.

Durante los encuentros regionales se hizo énfasis en la importancia de reconocer los actores y las dinámicas propias de los territorios, así como los conflictos y las tensiones que los caracterizan. Esto supone identificar capacidades, recursos de los que dispone cada actor y limitaciones, para ver cómo se pueden constituir en factores facilitadores o limitantes de iniciativas de reconciliación.

Durante los encuentros regionales se hizo evidente que existen múltiples interpretaciones de que lo que debería ser la reconciliación y cómo trabajar en torno a ella. Algunas de estas visiones hacen énfasis en el tema de la verdad, otras se enfocan en el restablecimiento de los derechos de las comunidades que han sido afectadas por el conflicto, mientras que otras, como por ejemplo los Programas de Desarrollo y Paz, trabajan desde los territorios. Esa variedad de interpretaciones se debe a factores como la región donde se trabaja, el sector al cual se pertenece, el nivel de organización, en el caso de las comunidades, entre otros.

Aun así, en estos encuentros, uno de los elementos que más se destacó fue el concepto de territorio. En ese sentido, se hizo énfasis en la importancia de reconocer los actores y las dinámicas propias de los territorios, así como los conflictos y las tensiones que los caracterizan. Esto supone identificar capacidades, recursos de los que dispone cada actor, limitaciones, etc., para, de esta manera, ver cómo se pueden constituir en factores facilitadores o limitantes de iniciativas de reconciliación.

Los encuentros regionales también permitieron concluir que la reconciliación es un asunto de todos los colombianos. En ese sentido y de cara al diseño e implementación de este tipo de iniciativas, la participación y articulación de todos los actores se constituyen en factores clave para asegurar su éxito. Cada actor dispone de capacidades, recursos y conocimientos diferenciados que, en conjunto, pueden aportar al desarrollo de las mismas. De esta manera, se evitan los esfuerzos aislados por parte de cada actor.

Un aspecto clave que refuerza este punto, es la construcción de confianza entre los diferentes actores. Varios participantes insistieron en que existen imaginarios que se constituyen en impedimentos y barreras para lograr un trabajo articulado. Se trata de estigmatizaciones que merman la confianza y que profundizan los conflictos existentes en las regiones. De ahí que se concluyera que necesariamente, en este proceso, todos los sectores deberán asumir costos económicos, políticos, sociales y culturales.

Los temas previamente mencionados, también evidencian un elemento clave para todos los participantes que asistieron a los encuentros regionales. La reconciliación no debe estar restringida a los posibles acuerdos a los que lleguen el gobierno colombiano y la guerrilla de las FARC en La Habana. Éstos, y eventualmente aquellos que se logren con el ELN, simplemente deberán reforzar los procesos de reconciliación que ya se están dando en las regiones.

 

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