El análisis revela que en el trámite de la ley se ha vuelto una cuestión de fondo, debido a las discusiones que amenazan la coherencia final de la Ley, y por la distinción entre ley estatutaria y ordinaria, que se puede convertir en un argumento para alegar vicios de forma.
El aparente intentó de toma de Puerto Inírida recordó por momentos las grandes acciones de las FARC de los años 90. En realidad se trata de un hostigamiento que responde a la misma lógica de las acciones que ocurrieron días más tarde en el piedemonte caqueteño: hacer ruido en el perímetro del Plan Patriota, para dislocar la fuerza allí concentrada, y obtener ventajas tácticas.
Tramitología
La forma como se está votando la Ley de Justicia y Paz en el Congreso definirá en gran parte el futuro de las negociaciones con las Autodefensas. El trámite de la ley se ha vuelto una cuestión de fondo: por un lado las discusiones fragmentadas amenazan la coherencia final de la ley y por otro, la distinción entre ley ordinaria y estatutaria podría convertirse en un argumento para alegar vicios de forma.