El nombramiento de las primeras tres personalidades parece dar el tiro de largada a la Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación creada por la ley de Justicia y Paz. Si la CNRR no“escalona” sus tareas de acuerdo con un estimativo realista de lo que es posible hacer hoy y de lo que tendrá que esperar circunstancias más favorables, la ilusión de un proceso como el surafricano que marque la diferencia con el pasado será tan sólo eso: una ilusión.