FIP Opina / 9 de enero de 2018 / Tiempo de lectura: 4 min.

Los empresarios y la verdad

Los empresarios deben entender que, aunque la Comisión de la Verdad es un mecanismo extrajudicial, no es menos importante que la JEP

Esta columna se publicó el 10 de enero de 2018 en elespectador.com Leer columna original

Pocas veces se ha visto tal nivel de movilización del empresariado colombiano como el que ocurrió en torno a la discusión del acto legislativo de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP). En el entretanto, la conformación de la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad (CEV) pasó casi inadvertida para los empresarios, quienes parecieran no dimensionar la gran oportunidad que se puede generar de su participación en el proceso de construcción de la verdad sobre lo ocurrido en el conflicto. (Recomendado: Especial multimedia "Los empresarios y la verdad")

Los empresarios deben entender que, aunque la Comisión de la Verdad es un mecanismo extrajudicial, no es menos importante que la JEP.

La Comisión será la encargada de conocer lo que pasó, esclarecer violaciones a los Derechos Humanos, explicar la complejidad del conflicto, promover el reconocimiento de responsabilidades de quienes participaron directa e indirectamente en la violencia y promover la convivencia para garantizar la no repetición. Esto quiere decir, en otras palabras, que fijará la manera como los colombianos recordaremos el conflicto armado en las próximas generaciones. Y ello quedará plasmado en el Informe Final que los comisionados deberán elaborar y hacer público en los siguientes tres años.

Por eso, cabe preguntarse: ¿cómo quieren los empresarios que sea recordada su participación en el conflicto? Aún más, ¿cómo quieren que sea recordada su contribución a la verdad para superar la violencia?

Por un lado, es claro que la Comisión tiene como mandato identificar las formas diferenciadas en que el conflicto afectó –entre otros– a “agricultores y agricultoras, ganaderos y ganaderas, comerciantes y empresarios y empresarias”. Por otro lado, es un hecho que los empresarios pueden aportar desde sus visiones y voces a lo que pasó, como elemento esencial para mejorar el entendimiento colectivo sobre la complejidad del conflicto.

Sin una activa participación del empresariado y de todos los demás actores que puedan aportar a reconstruir lo ocurrido, difícilmente podremos conocer como país lo que pasó

Para lograrlo, un primer paso sería organizar y aportar sus historias sobre cómo vivieron el conflicto y el tipo de afectaciones que enfrentaron. Esto podrá darse de manera individual (por empresa) o colectiva (gremios) pero, en todo caso, requiere de la participación decidida de los empresarios, lo que supone también su disposición para participar en las audiencias que convocará la Comisión en cumplimiento de su mandato.

Lo cierto es que existen muchos otros actores que, al haber sido afectados por el conflicto, estarán prestos a poner a disposición de la Comisión sus propias narrativas sobre el empresariado, como aquellas que los sitúan como colaboradores o cómplices de actores armados que cometieron graves violaciones a los Derechos Humanos.

Al respecto, la Fundación Ideas para la Paz analizó más de 50 informes de organizaciones de la sociedad civil publicados en los últimos 10 años, los cuales plantean una lectura crítica de la actividad empresarial, sugiriendo su involucramiento en situaciones que van desde la participación en hechos que atentaron contra la vida e integridad física de personas, hasta desplazamiento forzado y financiación de grupos armados.

Aparte de los obvios riesgos reputacionales que este tipo de cuestionamientos puede ocasionar a las empresas, lo esencial es entender que, sin una activa participación del empresariado y de todos los demás actores que puedan aportar a reconstruir lo ocurrido, difícilmente podremos conocer como país lo que pasó y transformarlo.

Ante este panorama, se hace necesario hacer un llamado para que la puesta en marcha de la Comisión se asuma como una oportunidad excepcional para esclarecer lo ocurrido y contribuir a la reconciliación y la convivencia. La verdad tiene un efecto sanador en la sociedad y la memoria histórica del conflicto es un elemento fundamental para que las próximas generaciones no repitan el pasado. Por ello, los empresarios deben comprender que su contribución a la paz también está atravesada por contar cómo vivieron en medio de una guerra de más de medio siglo.

 

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