Esta investigación, adelantada por la Fundación Ideas para la Paz y la CCB buscó avanzar en la construcción efectiva de políticas públicas de seguridad ciudadana, analizando de manera general las principales acciones y programas institucionales locales implementados por las alcaldías de Moreno y Petro.
Entre las principales recomendaciones se encuentran:
El rol del alcalde en materia de seguridad va mucho más allá de mantener buenas relaciones con la policía. Su liderazgo debe ser capaz de comprender qué hay detrás de los problemas de seguridad y convivencia.
El Plan Integral de Convivencia y Seguridad Ciudadana (PICSC) guía las estrategias y las decisiones de la administración distrital. El PICSC necesita un marco conceptual y una visión criminológica que de coherencia a las acciones que se ejecuten.
La inversión de la ciudad en seguridad debe blindarse frente a cualquier acto de corrupción.
Las políticas públicas deben ser diseñadas de acuerdo con diagnósticos basados en evidencia.
La ciudad requiere un sistema de atención de denuncias eficiente y centrada en el ciudadano.
Intervenga distinto en lugares distintos: en 50 barrios se concentra el 30 por ciento de los homicidios.
Implementar bien el Modelo de Vigilancia Comunitaria por Cuadrantes tiene efectos positivos en la reducción de delitos.
La percepción ciudadana es un indicador prioritario.
TransMilenio es el sistema nervioso de la ciudad.
Lo que pasó en la Bogotá Positiva (Samuel Moreno)
De acuerdo a las metas establecidas en el Plan de Desarrollo, solo la reducción de la tasa de morbilidad en accidentes de tránsito se cumplió. De manera similar, las muertes de tránsito tuvieron una disminución significativa aunque no se logró llegar a la meta establecida. En el caso de los hurtos y las lesiones personales, no solo no se cumplió la meta, si no que se presentó un incremento significativo al llegar a 50 y 20% respectivamente. Y en el caso de la tasa de homicidios esta se incrementó pasando de 18,7 en el 2008 a 21,9 en el 2011.
Lo que pasó en la Bogotá Humana (Gustavo Petro)
Se buscó bajar el homicidio en un 13% y se obtuvo una reducción del 21. Sin embargo, por el lado del hurto a residencias, se esperaba una disminución del 11,3% pero se observó solo una caída del 1. Así mismo, en lesiones personales y en hurtos a personas no se cumplió con una reducción del 7,5% sino que aumentó en 22 y en 42 respectivamente. El indicador de denuncia por parte de la ciudadanía se mantuvo prácticamente igual, mientras que se esperaba un aumento del 25%. La imagen de la Policía se esperaba que mejorara en un 8,7% pero empeoró en un 9.